[7] Ovando, por su parte, estuvo ausente porque su esposa se encontraba en una clínica de Estados Unidos debido a una cirugía.
Un nuevo foco guerrillero floreció en Bolivia —lo que se convertiría en la guerrilla de Teoponte— y llevó a cabo varios ataques, situación que llevaría al comandante Ovando Candía a acusar al Presidente Siles Salinas de encabezar un gobierno débil.
Según García, el general Ovando Candía había recibido 600 mil dólares de la empresa norteamericana Gulf Oil para financiar su campaña presidencial.
En respuesta a la grave acusación, Ovando renunció como comandante para permitir una investigación, reafirmando su posición – su renuncia no fue aceptada por el presidente.
Poco después surgieron protestas campesinas en Oruro y Cochabamba exigiendo la renuncia de Siles Salinas.
Previo de esta acción, se cree que Ovando había estudiado el régimen militar peruano encabezado por Juan Velasco Alvarado, teniendo admiración por su modelo autoritario y nacionalista.
Los hechos fueron pacíficos, habiendo la toma del Palacio de Gobierno, la Alcaldía Municipal y otras dependencias estatales.
Se formó un gabinete cívico-militar que contenía figuras de posiciones nacionalistas, progresistas y derechistas.
[11][7] Se presentó a la nación boliviana el Mandato Revolucionario de las Fuerzas Armadas, la base ideológica del nuevo gobierno.
[18] El control de la empresa nacionalizada quedó encomendado a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).