Giscón
Dejó a Giscón la tarea de enviar las tropas de regreso a África, quien prudentemente las dividió en pequeños destacamentos que debían recibir su salario y ser desmantelados según llegaran.El Consejo de los Cien, en lugar de seguir los planes de Giscón, esperó a que el ejército completo se hallara reunido en las llanuras africanas para pedir a los soldados que perdonaran las deudas y atrasos que Cartago les debía.A ella viajó Giscón, que durante la guerra de Sicilia se había hecho muy popular entre los soldados, con plenos poderes para satisfacer todas sus demandas.[2] Por entonces los mercenarios habían recibido el apoyo de todos los africanos que se oponían a Cartago, y comenzaron una guerra abierta contra la ciudad.Aunque no es improbable que se trate del mismo general, su muerte hacia el 239 a. C. haría difícil que combatiera posteriormente en Hispania.