Entre 1919 y 1922 realizó la que él mismo consideraba una obra manifiesto: la llamada Ca' Brutta («casa fea») en la Via Moscova,[6] que suscitó un gran escándalo a causa de su uso extravagante de los elementos del lenguaje clásico, como demuestra el nombre atribuido popularmente al edificio.
[7] Muzio, enfrentado tanto con el eclecticismo neogótico y neorrenacentista que todavía sobrevivía en Milán como con el modernismo, propuso en la Ca' Brutta un retorno al clasicismo, reducido a volúmenes puros y elementos arquitectónicos simples, lejos de cualquier historicismo ecléctico.
A través de los documentos se descubre que los primeros roces fueron con la administración pública.
En consecuencia, el edificio no tiene una fachada continua hacia la Via Turati y es precisamente esta decisión volumétrica la que provocó la reacción de la administración milanesa.
Muzio tuvo por tanto que unir los dos edificios para mediar con las autoridades, y lo hizo inventando un verdadero arco de triunfo.
[14] Para Muzio, los años veinte y treinta se caracterizaron por una actividad arquitectónica cada vez más intensa, que incluía participaciones en concursos y varias colaboraciones con otros arquitectos, entre otros en el proyecto del Palazzo dell'INPS en EUR (Roma).