Se trata de una raza en formación, con unos 200 animales localizados en Bogotá, Ibagué y los Llanos colombianos.
Esta raza, muy popular en Mallorca, se unió a la Basenji, originario del Congo, que llegó a bordo de los barcos negreros desde el África y cuya característica es una rareza entre los caninos: no ladra, como los perros, sino que maúlla, como los gatos.
El cruce del Podenco ibicenco español y el Basenji africano fue dando como resultado esta particular raza “criolla”, o "Gozque", con el que poco después de la Conquista se fueron poblando las zonas ribereñas del Magdalena, al igual que República Dominicana, Honduras, Guatemala, Panamá y los demás países en donde desembarcaron españoles y africanos con sus mascotas.
García y García continua con la investigación en México donde como jurado en una exposición canina mundial se encuentra no solo con las razas que conocía, si no con una totalmente nueva para él, el Canaan dog, que es idéntico en muchos aspectos al perro nativo colombiano.
Durante la misma década, García y García realiza cruces con estos milenarios perros y al fin, se logra lo que se buscaba, un animal más alto que el “criollo”, casi con las mismas medidas al español Basenji, guardián celoso, con cola de pluma y con otras características exclusivas de esta raza.
Dentro de las características especiales están, su extrema fidelidad al amo, desconfianza con los extraños, excelente cazador, vigilante y bullicioso y de gran economía, debido a que no requiere una dieta especial.
Posee un gran instinto para la caza, sobre todo de animales como liebres y conejos e inclusive ratas, excelente perro guardián, sabueso, rastreador, le gusta realizar trabajos y actividades junto a su amo.
Cuerpo: Más largo que alto, balanceado, línea dorsal a nivel, de constitución maciza pero delgada.