Gótico isabelino

En casos muy concretos, se mezcla esta nueva influencia flamígera con la artesanía, técnicas, motivos y habilidades mudéjares, aunque sería exacerbado decir que este influenció toda la arquitectura del periodo.

Las referencias a la Antigüedad clásica en España apenas son algo más que elementos literarios, al contrario que en Italia, donde la presencia de edificios romanos era mucho más abundante y lo gótico se había recibido de una forma muy adaptada al gusto clasicista local.

Y precisamente el estilo gótico había tenido en la Península una serie de modificaciones debidas a la tradición local: ventanas más pequeñas que las conocidas en el sistema constructivo y pendientes de cubierta mucho menos pronunciadas, y también cubiertas planas, lo que hizo un estilo realmente original, pero que aprovechaba eficientemente el sistema constructivo gótico.

Por otro lado, muy probablemente los arquitectos españoles habituados al gótico, considerasen con cierto desprecio las bóvedas bajas, los gruesos muros, los tirantes metálicos vistos y refuerzos, entre otros artificios, que los arquitectos italianos se veían obligados a colocar en los arcos para resistir los empujes horizontales, cuando en el sistema constructivo «gótico» con su bien conocida distribución de fuerzas y pesos, simplemente no eran necesarios o había métodos que evitaban la «trampa» de estas ayudas arquitectónicas.

El término Hispano-flamenco fue utilizado en el pasado de manera muy extensa por la comunidad debido a la supuesta influencia mudéjar en todas las construcciones del Gótico Tardío en España.

Interior de San Juan de los Reyes , Toledo.