Fulco de Jerusalén

En 1092, Bertrade abandonó a su marido y se convirtió en la amante del rey Felipe I de Francia.

Fulco marchó a la cruzada en 1120 y se hizo buen amigo de los caballeros templarios.

Hacia 1127, Fulco se preparaba para volver a Anjou cuando recibió una embajada del rey Balduino II de Jerusalén.

Este carecía de descendencia masculina, pero había nombrado sucesora a su hija Melisenda.

Las demás estados cruzados temieron que Fulco quisiese imponer la soberanía de Jerusalén sobre ellos, como ya lo había hecho Balduino II.

La intercesión del patriarca puso fin al conflicto y Hugo tuvo que exiliarse por tres años.

Asia menor y los reinos cruzados hacia 1140.