Fuga de los Condes

[3]​ La naturaleza de los clanes irlandeses consistía en guerrillear constantemente, ya que así habían sido educados, por lo que se dedicaban a devastar y asaltar las tierras colindantes a sus provincias o de clanes enemigos.

Por su parte, Hugh O'Neill, que había sido vencido y capturado por Lord Mountjoy y Rory O'Donnell tuvieron que presentarse ante el rey Jacobo I de Inglaterra en Londres.

Sin embargo, al igual que había sucedido en otras zonas de Irlanda, la paz de 1603 se tradujo en la aplicación de la ley de cesión y reotorgamiento, según la cual, los nobles gaélicos entregaban sus tierras a la corona, que se las volvía a entregar a sus propietarios, siempre y cuando estos juraran lealtad al rey y admitiesen sus normas.

Por si esto fuera poco, el descubrimiento del complot de la pólvora ese mismo año hizo, redujo aún más la credibilidad de los católicos ante la Corona inglesa.

No está muy claro si O'Neill compartía sus intenciones, pero sabía que en cuanto la administración de Londres conociera los movimientos de O'Donnell y Maguire, le considerarían igualmente traidor, por lo que optó por unirse a la fuga.

Tras el final de la guerra anglo-española, Felipe III no tenía ningún interés en buscar un nuevo conflicto con la Inglaterra de los Estuardo; además, la flota española había sido derrotada por la holandesa tras la batalla de Gibraltar en 1607, por lo que se dirigieron a Italia, donde O'Neill fallecería en 1616.

Fuga de los Condes
Estatua conmemorativa de la Fuga de los Condes en Rathmullan , Irlanda .