[2] Originalmente, el fuerte contaba con un puente levadizo, un foso de agua que circulaba toda el perímetro, e impresionantes muros defensivos.
Carrera ya utilizaba el recinto como cárcel para los prisioneros políticos que se oponían a su régimen.
[1] El Fuerte de San José quedó totalmente destruido tras los terremotos de 1917 y 1918 y el presidente Manuel Estrada Cabrera, nombró al general Rodolfo Mendoza como comandante del fuerte, para que iniciara la reconstrucción del mismo tras hacer un estudio minucioso para poder contar con instalaciones modernas y funcionales.
Al final, contaban con un arsenal que incluía también cuchillos, machetes, rifles, escopetas, hachas y barras de hierro.
Al principio, el fuego era indiscrimanado y acaba con amigos y enemigos, pero esta situación fue remediada cuando los unionistas distribuyeron distintivos blancos que los suyos utilizaron en sus sombreros; incluso hubo algunos que llevaban un retrato de Carlos Herrera —el nuevo presidente— en el pecho.
Como desde allí se mandaba a los otros fuertes, el presidente se vio obligado a rendirse, junto con las fuerzas que le quedaban, de aproximadamente cinco mil hombres.
Durante el gobierno del general Jorge Ubico Castañeda se hicieron los estudios para la remodelación del ya casi centenario fuerte, la cual se extendería en un periodo de casi veinte años.
[13] Por su parte, el capitán Jacobo Árbenz Guzmán, el ciudadano Jorge Toriello y el teniente Enrique de León Aragón estuvieron repartiendo armas a los civiles que las solicitaban para unirse a la lucha.
Otro contingente civil muy valioso fue el constituido por obreros armados liderados por el legendario dirigente Silverio Ortiz[Nota 2] Entre todos ellos lograron reunir ochocientos hombres que pelearon en diversos barrios de la ciudad, entre otros, «La Palmita», «La Reformita», «Santa Cecilia» y en las calles céntricas, enfrentándose a la policía nacional y a los francotiradores que cobraron muchas vidas humanas.
El contingente obrero estuvo integrado por albañiles, carreteros, maestros, tipógrafos, ferrocarrileros, jornaleros y toda una amplia gama de oficios.