Se trasladó con su familia a Nordhausen y de su escuela, en que aprendió latín, griego, español, francés, italiano y música, pasó en 1777 a estudiar filología clásica en Gotinga bajo la dirección de Christian Gottlob Heyne; pero Heyne le excluyó de sus lecciones cuando le hizo saber sus puntos de vista sobre Homero.
En Prusia procuró instaurar una especie de nuevo Humanismo que restaurara los valores no sólo intelectuales, sino morales en la juventud de un país devastado por la guerra.
Así, en estrecha colaboración con Wilhelm von Humboldt, Johann Wolfgang von Goethe y Friedrich Schiller, hizo de la historia antigua y de la filología disciplinas fundamentales en el nuevo sistema universitario prusiano.
Murió durante un viaje a Francia que había acometido en abril de 1824.
Este punto de vista suscitó un importante debate intelectual en Filología denominado "Cuestión homérica".