Sus discípulos arabistas en el campo académico fueron conocidos como los «Beni Codera».
[4] Catedrático de griego, hebreo y árabe respectivamente en Granada, Zaragoza y la Universidad Central, destacó fundamentalmente como arabista.
Rigurosamente positivista, sus trabajos se centran generalmente en las fuentes historiográficas de origen árabe (Estudios de historia arábigo-española, Decadencia y Desaparición de los Almorávides en España,[6] 1899, reeditada con importante estudio introductorio de María Jesús Viguera Molins en 2004[7]).
Contribuyó además al conocimiento de la fonética aragonesa e impulsó los estudios arábigos en España, formando además a un puñado de investigadores aragoneses como Mariano de Pano, Ramón García Linares, Miguel Asín y Palacios, Mariano Sánchez Bruil, Alberto Gómez Izquierdo o Mariano Gaspar Remiro.
Frecuentó asimismo a otros amigos eruditos, como Valentín Carderera, Vicente de la Fuente o Mariano Viscasillas.