Francisco Cerdán (Villena, siglo XVIII) fue médico, socio honorario de la Real Academia Médica Matritense y examinador del Real Tribunal del Protomedicato.
[2] Ya licenciado, encontró su primera plaza de médico en Montealegre del Castillo (Albacete), trasladándose luego a Hellín y, tiempo después, de vuelta a Montealegre del Castillo.
[2] Conservó su puesto en Villena desde 1765 hasta 1764; ese año, a causa de algunas disputas con otros profesionales en las que se vio privado del apoyo del Ayuntamiento, acabó por trasladarse como médico titular a El Bonillo (Albacete).
[2] Los temas tratados en sus libros abarcan desde las enfermedades mentales hasta las fiebres mesentéricas, pasando por la hidroterapia o la calentura héctica.
[2] Respecto a esta última, frecuentemente relacionada con la tuberculosis, Cerdán estuvo entre los primeros que establecieron su naturaleza contagiosa.