Leal también pinta un mural dedicado a Simón Bolívar en el Anfiteatro Bolívar, y varios murales sobre temas religiosos, como por ejemplo los realizados en la capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe en la Villa Basílica en Tepeyac.
[1] Le sobrevive su hijo, Fernando Leal Audirac, quien es también un destacado pintor mexicano.
Una pintura de caballete del artista titulada Zapatistas descansando, pintada ese año, le llama la atención.
Vasconcelos le pide a Leal que pinte un mural en las paredes de la escuela preparatoria.
Leal fue reclutado por Vasconcelos junto con otros artistas entre los que se cuentan Diego Rivera, Xavier Guerrero, Amado de la Cueva, Jean Charlot, David Alfaro Siqueiros entre otros para pintar para el gobierno posrevolucionario, y para ayudar a crear un “nuevo sentimiento de identidad mexicana.”[5] El primer mural que pinta es Los danzantes de Chalma en la Escuela Nacional Preparatoria, en la actualidad el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
[5] La otra obra muy conocida de su sutoria es un fresco en el Anfiteatro Simón Bolivar, pintado entre 1930 y 1933.
[4] También fue destruido un mural que pinta en el Instituto Nacional de Panamá, con el título Neptuno encandenado, una crítica al imperialismo.
[1] En el primero se presenta un contraste entre las formas antigua y moderna de viajar.
La forma antigua, a pie y a lomo de burro o caballo, muestra asaltos y otras escenas violentas, mientras que el tren se muestra atravesando grandes distancias.
[1] Si bien Leal es conocido por sus murales, también realiza grabados, litografías y pinturas sobre tela.