Su trabajo se extendió por más de 40 años, desde que escribió Senda prohibida, en 1958.
Trabajaba en el Fondo Monetario Internacional, enviada por Rodrigo Gómez; luego estudió filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Fernanda Villeli decía que la función básica de la telenovela era el entretenimiento.
Su hija Marcela, también escritora, expresó: “Fue una mujer excepcional, admirable, creativa, inventiva e ingeniosa.
Ella le propuso al señor Emilio Azcárraga Vidaurreta llevar la radionovela que hacían en la XEW a la pantalla.
Logró sus objetivos, y ahora que la muerte ha llegado, no es tan traumática”, comentó.
Su padre Carlos G. Villenave fue dramaturgo prolífico y crítico del gobierno de Lázaro Cárdenas.
Mi madre no se estancó en historias de Cenicientas; realmente sus personajes femeninos no se hacían ricos por acceder al príncipe azul, sino que el trabajo era la movilidad social.
“Donde mejor se reflejó esto fue en las telenovelas Lucía Sombra y El maleficio.
Fernanda hacía historias que fueron como encaje; todas se iban entretejiendo”.