Nicolás Fernández de Moratín

Al año siguiente publicó un extenso poema didáctico, de tema cinegético, titulado La Diana o arte de la caza.

Concebía el teatro, dentro de los ideales del neoclasicismo, como escuela de formación ética, y participó en las controversias que en la época tuvieron lugar sobre el teatro clásico español en sus tres folletos Desengaños al teatro español (1762–3).

Dedicó una oda pindárica al torero Pedro Romero titulada Canción a Pedro Romero, donde muestra un estilo popular, fluido y sencillo.

[4]​ Póstumo apareció, editado por su hijo, su poema heroico Las naves de Cortés destruidas (1785), compuesto en 1777 para un concurso de la Real Academia, pero que no obtuvo ningún premio.

[5]​ De entre sus epigramas, se popularizaría el titulado «Saber sin estudiar»: