Allí concurrían escritores tan célebres como el abate José de Guevara Vasconcelos, los eruditos Francisco Cerdá y Rico, Tomás de Iriarte, José Cadalso y Nicolás Fernández de Moratín.
Sólo se permitía hablar de toros, versos y amor.
La obra está compuesta en romance endecasílabo o heroico.
Estas obras le llevaron a la Real Academia de la Historia.
En sus últimos años se dedicó a la astronomía y escribió Disertaciones astronómicas y Filosofía moral de Aristóteles.