Fiódor Shaliapin
Junto a Maria Callas, Enrico Caruso y Titta Ruffo, es considerado epítome de la ópera del siglo XX.Tras destacar en los estudios y participar en un coro de iglesia en Kazán, Shaliapin se unió en 1889 a la compañía dramática de Vasily Serebryakov como extra, debutando al año siguiente en una representación de Eugenio Oneguin en Kazán.Así, Shaliapin fue pionero combinando la interpretación teatral realista con el virtuosismo para el canto lírico, trabajando duramente en perfeccionarse como cantante pero también considerando esencial para un intérprete de ópera cultivar con empeño el arte dramático de la actuación.Poco después el empresario Serguéi Diáguilev, fundador de los Ballets Rusos, presentó a Shaliapin en Londres, con lo cual estableció en la década de 1910 una sólida fama como cantante de ópera y actor, siendo elogiado por el director italiano Arturo Toscanini por su descollante calidad como bajo y quien lo dirigió en la Scala de Milán en 1909.Durante su vida Shaliapin fue el más famoso intérprete de las óperas Borís Godunov, Mefistófeles, Iván el Terrible y Don Quichotte, este último papel, en la película del mismo nombre que en 1933 dirigió Georg Wilhelm Pabst con música de Jacques Ibert, en donde canta las cuatro canciones que este compositor realizó como encargo para la película, al no poderse hacerse cargo de ellas Maurice Ravel.