Fauna de Canarias

La fauna de las islas Canarias presenta una compleja diversidad debido a dos factores determinantes; insularidad y clima.

[1]​ Este fenómeno se repite en muchos otros archipiélagos del mundo como las islas Galápagos, Australia, Madagascar o Nueva Zelanda.

Por otro lado, las variedades climatológicas y paisajísticas dadas dentro de las islas Canarias repercuten en esa diversidad zoológica.

Así, las islas más orientales, Lanzarote, Fuerteventura, Lobos, el archipiélago Chinijo, poseen espacios con hábitats semidesérticos e influenciadas por la presencia cercana del Sáhara.

La transformación económica, política y demográfica de las últimas décadas en las islas ha repercutido en el medio ambiente insular.

Como es natural, los invertebrados son mucho más numerosos que los vertebrados, casi 8000 frente a 125 especies.

[9]​ Hay una gran variedad de peces en las costas canarias, no existiendo ninguna especie dulceacuícola autóctona.

Las dos únicas especies, ranita meridional (Hyla meridionalis) y rana común (Pelophylax perezi), son introducidas.

[1]​ Alrededor del año 1985 se introdujo la rana verde norteafricana (Pelophylax saharicus), pero sus poblaciones habían desaparecido en 2015.

Algo parecido le sucede al lagarto canario moteado (Gallotia intermedia), endemismo tinerfeño que en el pasado ocupaba prácticamente en todos los hábitats de la isla.

[21]​ Son las aves junto con los reptiles las que más especies endémicas aportan a la fauna canaria, con seis especies y 36 subespecies:[8]​ Algunas son endémicas de la Macaronesia como el vencejo unicolor (Apus unicolor) o el bisbita caminero (Anthus berthelotii); otras, ampliamente extendidas por Asia y África, se encuentran en las islas más orientales, como la hubara (Chlamydotis undulata) o el corredor (Cursorius cursor).

Entre las rapaces cabe señalar la presencia de falcónidos como el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), el halcón peregrino (Falco peregrinus) o el halcón tagarote (Falco pelegrinoides); también pueblan las islas el búho chico (Asio otus), la lechuza (Tyto alba), el ratonero (Buteo buteo) (con la subespecie endémica B. buteo insularum), el milano negro (Milvus migrans), el gavilán (Accipiter nisus), y el águila pescadora (Pandion haliaetus).

[8]​ Se extinguió el ostrero unicolor canario (Haematopus meadewaldoi) a principios del siglo XX.

Aunque durante largo tiempo sólo se conoció la existencia de estas aves fósiles en Canarias, cuando comenzaron a realizarse estudios más exhaustivos se recolectaron numerosos huesos pertenecientes a otras especies en Lanzarote, Fuerteventura, Tenerife, La Gomera, Gran Canaria y La Palma.

La musaraña canaria está presente solo en Lanzarote, Fuerteventura, Isla de Lobos y Montaña Clara, aunque su clasificación taxonómica como especie o subespecie de la musaraña gris (Crocidura russula), se haya aún hoy en discusión.

A lo largo de su historia, las islas Canarias han visto cómo el hombre ha ido introduciendo diversas especies foráneas cuya presencia ha supuesto un claro impacto para la fauna autóctona.

Sin embargo, se sabe que el erizo moruno (Atelerix algirus), hoy presente en casi todas las islas, fue introducido en Fuerteventura a finales del siglo XIX.

Del mismo modo, la ardilla moruna (Atlantoxerus getulus) fue introducida en Fuerteventura en 1965, siendo hoy muy común en toda la isla.

Timanfaya , en la isla de Lanzarote . Declarado parque nacional en 1974, alberga una interesante microfauna endémica que habita un paraje de apenas tres siglos de antigüedad.
Babosa de laurisilva ( Stylommatophora sp. ) en Anaga , Tenerife .
Napaeus variatus , endemismo tinerfeño.
Hembra de G. caesaris
Dos lisas de C. viridanus en Anaga , Tenerife . La lisa de la izquierda es un macho; la de la derecha, una hembra.
Lagarto gigante de El Hierro.
Pinzón azul de Gran Canaria ( Fringilla polatzeki ).
Pinzón azul del Teide ( Fringilla teydea ).
Reconstrucción de un ejemplar de Canariomys bravoi .