Sus fósiles datan del Plioceno y Pleistoceno, aunque algunos de ellos también pertenecen al Holoceno.
Los primeros fósiles fueron encontrados por el naturalista tinerfeño Telesforo Bravo, mientras que la descripción científica fue elaborada en 1964 por el paleontólogo Miquel Crusafont y el biólogo F. Petter, quienes dedicaron la especie al descubridor de los restos.
También las patas traseras más largas que las delanteras evocan una forma intermedia entre ratas y murinos arbóreos como Phloeomys.
Canariomys bravoi era un roedor fuerte y poderosamente musculado capaz de moverse en diferentes substratos desde el suelo hasta los árboles, y probablemente tenía habilidades de excavación.
[2] La rata gigante, al igual que otras especies nativas del archipiélago, se extinguió por las acciones de los conquistadores españoles, que pudieron cazarlas, o por la acción de otros animales introducidos por los españoles (como el gato) que pudieron competir con ellas, cazarlas o transmitirles enfermedades.