Fue la última parte de la catedral medieval en ser construida, y su primera piedra fue colocada por el arzobispo Sigurd Eindrideson en 1248, aunque por regla general se considera que no se había completado cuando ocurrió el primer incendio de la catedral en 1328.
Sin embargo, con seguridad fue proyectada como una fachada-pantalla que miraba hacia el oeste.
La fachada tiene tres portales, y en los flancos posee dos torres menores, una a cada lado de la pantalla.
Absalon Pederssøn Beyer en 1560 escribió que la catedral tenía un rosetón dorado bajo un gablete.
Su obra, según su opinión, era más una reinterpretación del gótico que una reconstrucción; tuvo varias coincidencias con los diseños de Nordhagen, y le dio a la fachada su aspecto actual.
En el centro hay una piedra preciosa de color rojo, que representa a Cristo.
En su diseño original, la pared habría estado flanqueada por dos torres y tendría una serie de esculturas dispuestas en hileras.
En la actualidad es imposible saber el número original de hileras escultóricas ya que, después de los muchos incendios a los que fue sometida la catedral en la Baja Edad Media sólo se conservaba la hilera más baja y únicamente cinco esculturas en estado ruinoso.
Los trabajos de las nuevas esculturas, modeladas todas por artistas noruegos, comenzaron en 1929, y sus diseños incluyen tanto personas bíblicas como históricas.
En la parte inferior se halla un grupo escultórico con el motivo de la crucifixión, modelado por Wilhelm Rasmussen.
La hilera inferior muestra a los apóstoles, junto con santos y reyes que difundieron el cristianismo en Europa.
Helge Thiis aseguró que « ningún ojo humano puede desde el suelo alcanzar todos los ricos detalles que contiene la iglesia » Varios de los escultores más destacados de Noruega participaron en la fachada occidental por varias décadas.
Entre ellos se encuentran Gustav Vigeland, Wilhelm Rasmussen, Dyre Vaa, Stinius Fredriksen, Nic Schiøll, Arne Kvidbergskår, Odd Hilt, Knut Skinnarland, Tone Thiis Schjetne, Sivert Donali, Kristofer Leirdal, Arnold Haukeland, Anne Raknes, Helge Thiis y August Albertsen.
La escultura de Samuel, modelada por Kristofer Leirdal, muestra un cuchillo en la mano derecha y un cordero para ser sacrificado en la izquierda.
La imagen representa al profeta con dos ruedas en la mano, entrelazadas entre sí, un motivo tomado del Libro de Ezequiel.
La escultura es un diseño de Odd Hilt, tallado por Per Jensen, Erling Nygård y Ola Moum en 1982.
Ha sido considerado como un hombre muy sabio a cuyo consejo acudían reyes y reinas de todo el mundo.
En el zócalo hay una escena del juicio salomónico, con dos mujeres reclamando la maternidad de un niño.
Fue la primera santa de Noruega y un personaje central para la cristianización del país.
Profeta IsaíasIsaías, de acuerdo al cristianismo, previó el nacimiento de Jesús: Por tanto el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y parirá hijo, y llamará su nombre Emmanuel.
Génesis 2, 24: Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía á todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
En la escultura, tallada por Gunnar Olsen, Eva cubre su desnudez con una hoja de parra, sostiene una manzana en la mano derecha, mientras que la serpiente se arrastra entre sus piernas.
La escultura es una mujer con los brazos abiertos, modelada por Odd Hilt y tallada por Jakob Skaufel.
Nacido cerca de 1076, fue un hombre que destacó por su piedad, y su muerte a traición en 1115 fue juzgada como martirio.
Modelado por Dyre Vaa, se le esculpieron los rasgos del célebre poeta noruego Aasmund Olavsson Vinje.
Se lo representa con un gran cuchillo en una mano y una piel humana en la otra, un símbolo de que fue desollado vivo.
Sostiene las llaves del cielo en su mano derecha, un modelo de Stinius Fredriksen tallado por Tore Skjørestad.
El zócalo es una reconstrucción de la obra medieval y simboliza escenas del Juicio Final.
Nic Schiøll lo representó con un libro y una espada entre las manos, atributo este último que da cuenta de su martirio en Roma.
La imagen, de Stinius Fredriksen, como en la representación iconográfica tradicional, le atribuye una sierra en la mano.