La llamada fórmula de ofrenda en el Antiguo Egipto, generalmente conocida como fórmula ḥtp-dỉ-nsw (hetep di nesu, "presente ofrecido por el rey")[1] por los egiptólogos, se escribía como ofrenda a los difuntos.
En los cultos primitivos a los ancestros, el hijo era el encargado de que no le faltara lo necesario, más tarde, habría sacerdotes especializados, como los "servidores del ka" que tenían esta función y si por cualquier circunstancia, todo esto fallaba, se disponían, esculpidas o pintadas en diferentes soportes, como las paredes de las tumbas o estelas funerarias, diferentes mesas de ofrendas con los alimentos habituales consumidos por el difunto.
La fórmula de ofrenda, que empezó durante el Imperio Antiguo de Egipto, se encuentra generalmente esculpida o pintada en estelas funerarias, falsas puertas, sarcófagos y algunas veces, en otros objetos funerarios.
[2] A continuación, la fórmula nombra a un dios de los muertos y varios de sus epítetos, por lo general Osiris, Anubis o más raramente Geb u otra deidad.
La ofrenda se crea, en este caso, por la voz al espíritu del fallecido y bastaría con que una persona viva pronuncie la fórmula para que el ka pueda alimentarse.