Ezequiel A. Chávez
Su hija fue Leticia Chávez, quien posteriormente se dedicó a difundir los textos de su padre.Se tituló de abogado en 1891 con la tesis que llevó por nombre "Las instituciones políticas".[2] Durante su gestión se dedicó a consolidarla, y aunque se aprobó una ley universitaria, no pudo evitar la militarización de la Escuela Nacional Preparatoria ni su separación de la Universidad.En 1911, al comenzar la Revolución mexicana, inició su labor como diputado en el Congreso de la Nación.Ávido lector de Descartes, A. Chávez confiesa: “[Descartes, en el Discurso del método] más que otro alguno me salvó de mi posible naufragio espiritual: a medida que lo iba leyendo y meditando sentía que progresivamente iba saliendo del mar de impresiones contradictorias”.Ya que consideraba a tal pensamiento como “restringido e inconsciente”.Ellos son: Descartes, como se mencionó anteriormente; John Stuart Mill y Herbert Spencer.Esto ocurre, puesto que, dentro del pensamiento spenceriano encuentra los conceptos correctos para su realizar su propia teoría.En este sentido, puede ser considerado a Ezequiel A. Chávez dentro de la corriente evolucionista.Por tal ideología, Ezequiel A. Chávez cede gran importancia a las intuiciones.Es por estas intuiciones, que podemos conocer lo infinito y, con ello, a lo divino.[12] Por último, Chávez apuesta por el total y completo libre albedrío del hombre.