Eugenio María de Hostos

Hostos defendió la inclusión de Manuel Rojas en el grupo amnistiado alegando ser digno hijo adoptivo de Puerto Rico, y por tanto, merecedor del mismo derecho que los demás.

Tras la proclamación de la Primera República Española, se concedió una amnistía general a todos los encarcelados por ese motivo, no obstante, Manuel Rojas, al igual que otros compañeros, fue enviado al exilio.

España, en ese periodo, adopta una nueva Constitución en 1869 rehusando extender a Puerto Rico y Cuba los derechos ciudadanos propios de una república federada.

La Revolución había logrado el destronamiento de la reina Isabel II pero no la liberación de Cuba y Puerto Rico por las que luchaba Hostos.

Allí formó parte de la Junta Revolucionaria Cubana creada en Nueva York y dirigió su órgano periodístico, La Revolución, pero frustrado se traslada a Suramérica con la promesa de reunir apoyo para la causa antillana.

Durante su estancia en Venezuela fue director de colegios en la isla Margarita y en Puerto Cabello.

[6]​ Influenciado por el krausismo español y el positivismo[1]​ implantó una nueva pedagogía dirigida a formar «seres humanos completos» capaces de construir en sus propios países sociedades libres.

[4]​ Se aplicó desde la adolescencia a un continuo auto-examen de su conciencia y sus pasiones del que son frutos sus notables diarios y sus novelas de juventud.

[2]​ En agosto de 1888 fundó en Santo Domingo la Escuela Nocturna para la clase obrera y publica su obra Moral Social.

[7]​ En 1889 llega a Valparaíso y es nombrado Rector del Liceo de Chillán (1889-1890) y más tarde fue el primer rector del Liceo Miguel Luis Amunátegui (1890-1898).

El reinicio de la guerra por la independencia que inició José Martí en Cuba en 1895 colocó a Hostos nuevamente en campaña.

[7]​ En 1899 junto a Julio Henna y Manuel Zeno Gandía, viajó a Washington para abordar desde el derecho internacional una entrevista histórica con el presidente William McKinley sobre los intereses y necesidades de Puerto Rico.

[3]​ Fundó además la Liga de Patriotas con la esperanza de educar al pueblo puertorriqueño sobre sus nuevos derechos bajo la Constitución federal norteamericana, particularmente el derecho a reclamar un plebiscito.

Pero su esperanza de un Puerto Rico independiente se esfumó cuando el Gobierno estadounidense decidió, con la ley Foraker del año 1900, convertir la isla en una colonia de Washington D. C. En 1900 el gobierno dominicano le propone reorganizar la enseñanza pública del país y regresa a Santo Domingo en compañía de su familia siendo nombrado inspector general de Enseñanza Pública.

Hostos fue pionero en Latinoamérica en diversas áreas del saber, como la Sociología, el Derecho Constitucional, la Pedagogía y la Ética.

Hostos junto a sus alumnos de la Escuela normal de Dominicana en 1880.