Eugenio Eulalio Palafox Portocarrero

Su Discurso sobre la autoridad de los ricos hombres sobre el rey, preparado para su ingreso en la Real Academia de la Historia, en el que se manifestaba opuesto al absolutismo monárquico pero desde un punto de vista feudal, pues en él sostenía que la nobleza —arrinconada desde los tiempos de los Reyes Católicos— era el único contrapunto posible al poder monárquico, no llegó a ser leído al haber caído previamente en manos de Godoy, que lo desterró a Toledo y más adelante a Granada.[5]​ Sin entenderse con sus superiores y sin apenas entrar en acción, en septiembre volvió a Cádiz, donde se dijo que llegaba con intención de impedir la reunión de las Cortes, contra lo que de nuevo protestaba en su Manifiesto, en el que declaraba no haber sido nunca opuesto a las Cortes.Fundándose en una afirmación de Alcalá Galiano en sus Memorias, donde decía que en 1817 la cabeza de la masonería española se encontraba en Granada, se ha tenido a Montijo por Gran Maestre del Grande Oriente español.[11]​ Según Benito Pérez Galdós, el mismo Fernando VII estaba al corriente de la existencia de un Oriente en Granada encabezado por su capitán general, el conde de Montijo, de lo que hacía burlas pues tenía a la masonería por «una farsa grotesca que no conduce a nada bueno ni a nada malo» y a los masones por «hombres graves que no deberían ponerse en ridículo».Por su mala gestión y calaveradas dilapidó o empeñó buena parte de su patrimonio, envuelto constantemente en deudas y obligado a vender parte sustancial de sus bienes.[17]​ También durante el trienio publicó su traducción, hecha al parecer en 1805, del Bruto de Voltaire, tragedia en cinco actos impresa en Madrid en 1822 para «inspirar a mis compatriotas el horror al despotismo», con la advertencia de ser la segunda edición, pues la primera había aparecido en Murcia en 1820, con prólogo de un no identificado B. F. C., que posiblemente se encargase también de la corrección.Su esposa, Ignacia Idiáquez, con la que había tenido una relación tormentosa desde el mismo momento en que contrajeron matrimonio, solicitó al rey la habilitase para hacerse cargo de la administración de los bienes familiares antes de perderlos todos definitivamente, haciendo notar al monarca en su solicitud las estrecheces por las que pasaban, pues incluso había tenido que vender sus alhajas y nada quedaba de su dote.Incluso en estas condiciones en octubre contrajo nupcias secretas con Magdalena Lázaro, calificada de intrigante.