Es un líquido volátil, incoloro y con un olor característico ligeramente afrutado.
Es 20 veces más tóxico que el alcohol, y altamente cancerígeno[2] pudiendo dañar tanto al ADN como a las proteínas.
Se forma por ejemplo con dicromato de potasio, reacción que es utilizada en la detección del etanol en el aire espirado.
Incluso se utiliza como conservante de carnes u otros productos alimenticios.
El etanal también se transforma en grasa en la parte abdominal del cuerpo, lo cual provoca obesidad en personas que son consumidoras de cerveza en forma frecuente, esto es coloquialmente conocido como «barriga cervecera».