También existían galpones destinados al acopio de maderas y otros productos.
[9] Pero Buenos Aires continuó creciendo, aumentó el tránsito vehicular con tranvías y carros, y hacia la década de 1890 siguieron llegando oleadas inmigratorias que alcanzaron las cercanías de la Estación Once.
Al mismo tiempo, el Ferrocarril del Oeste pasó en 1890 a manos inglesas unidas en la compañía The Buenos Aires Western Railway Co.
En 1972, se realizó una reforma en medio del hall central: las naves metálicas que techaban los andenes fueron destruidas con buena parte de los muros exteriores y una construcción típica de esa década partió en dos las líneas del edificio.
Los trabajos iniciaron ese mismo año, no sin irregularidades,[16] y avanzaron hasta la inauguración de la primera etapa en 2007.
[17] Las obras de restauración continuaron durante los siguientes meses, y la segunda etapa fue finalizada.
En 1955, tras el golpe de Estado denominado Revolución Libertadora que derrocó al gobierno peronista, volvió a su nombre anterior.