Desde 1983 es considerada como un Monumento Nacional, por sus grandes valores arquitectónicos e históricos.En su interior están radicadas varias empresas cubanas del sector ferroviario.[2] El edificio de estilo ecléctico posee cuatro plantas y un entresuelo, en su fachada principal, por la calle Egido, se destacan dos elevadas torres que llevan representados los escudos de Cuba y La Habana, respectivamente.[2] El arquitecto principal de la obra fue el norteamericano Kenneth McKenzie Murchison, quien se inspiró en un estilo decorativo plateresco español, el que se puede apreciarse muy bien en los elementos de los escudos y las conchas de la fachada.[2] El debate desatado fue tal que condujo a que el general del Ejército Libertador, Silverio Sánchez Figueras, representante a la Cámara, denunciara el canje como un negocio sucio, acción que es rebatida por el también diputado coronel Severo Moleón Guerra, que al final llevó a un duelo a tiros en el que falleció Moleón.
Esquema de la red de ferrocarril suburbano de transporte público en La Habana.