En tauromaquia, los toreros la emplean para dar muerte a los toros.
Adopta su forma actual a finales del siglo XVIII, en tiempos de Pepe-Hillo, con la consolidación del toreo a pie.
Los diestros lo cambian por un estoque propiamente dicho cuando se disponen a realizar la suerte de matar.
A finales del siglo XIV y durante el siglo XV, las armas de fuego adquieren cada vez más importancia en las batallas, así que las pesadas espadas medievales y las armaduras ya dejaron de ser útiles.
En su lugar aparecieron los estoques medievales, y más tarde (principios de siglo XVI), evoluciona en un arma mucho más ligera y eficaz para aquella época: la espada ropera.