Bajo la dirección de Max Reinhardt se inició en el cine mudo en el año 1913 con Eine venezianische Nacht.
Hizo otros papeles cinematográficos, pero después Eckersberg se centró en el teatro, donde destacó en la interpretación de personajes sofisticados, ligeramente caprichosos y divertidos.
En 1932 actuó con Hans Brausewetter en una pieza escrita por ella Drei Jahre und eine Nacht, escenificada por Eugen Robert, director del Berliner Tribüne, con el título Stichwort Feldena.
Con esa pieza ella apareció en varias ocasiones, incluso tras la Segunda Guerra Mundial, demostrando con la misma sus matices interpretativos.
Else Eckersberg publicó en 1958 sus memorias bajo el título Diese volle Zeit, en las que hablaba sobre el hundimiento del esplendor teatral berlinés antes de la Segunda Guerra Mundial.