También era la hermana mayor de los grandes duques María, Catalina, Olga, Ana, Nicolás y Miguel.
El nacimiento de una segunda hija fue una feliz noticia para su padre, heredero al trono ruso que en aquel momento ocupaba Catalina la Grande.
Se dijo que al ser una niña tan hermosa, su abuela la llamaba Elena de Troya.
Allí se encontró en una nueva corte, muy diferente a la opulencia de San Petersburgo.
Sólo ocho días después, su padre, el zar Pablo, fue asesinado tras un golpe de Estado, probablemente dirigido por su propio hijo y heredero, Alejandro.