Estos comicios tuvieron el histórico carácter de ser las primeras elecciones libres desde la independencia del país africano.
Debido a las dificultades ocurridas en el proceso de paz en Angola, en una situación similar, la elección mozambiqueña vio a la Organización de las Naciones Unidas inmiscuirse en el acto, con una presencia militar en el territorio del país, la ONUMOZ.
[1] Los esfuerzos y la financiación internacional a las dos fuerzas en combate, así como un sistema electoral proporcional con un umbral muy alto para las elecciones parlamentarias, llevaron a que solo el FRELIMO y la RENAMO tuvieran posibilidades realistas de competir por el poder, generando un bipartidismo de facto entre ambos partidos.
[2] La elección presidencial se polarizó totalmente entre el presidente incumbente, Joaquim Chissano, y el líder de la RENAMO, Afonso Dhlakama.
Varios partidos menores intentaron formar alianzas y competir por los escaños parlamentarios, formándose una alianza conocida como Unión Democrática (UD), entre varios partidos que, si bien presentaron distintos candidatos presidenciales, procuraron evitar beneficiar a la polarización presentando una sola lista legislativa.
Los demás candidatos no superaron los tres puntos, aunque juntos lograron el 12.97% de las preferencias.
La Unión Democrática logró obtener las 9 bancas restantes y superar a la RENAMO en la provincia de Gaza.
La RENAMO, por su parte, fue únicamente financiada por los regímenes racistas de Sudáfrica y Rodesia (actual Zimbabue).
[5][6] A mediados de 1990, el gobierno del FRELIMO anunció sus planes para redactar una nueva constitución, que introdujera un sistema multipartidista y eliminara todas las referencias al socialismo.
[1] Uno de los principales obstáculos para lograr que el FRELIMO y la RENAMO iniciaran conversaciones de paz era la negativa del FRELIMO a reconocer a la RENAMO como un socio negociador igualitario, así como su insistencia en que la RENAMO tenía que instaurar inmediatamente un alto al fuego como condición previa para iniciar conversaciones directas.
El GPA contenía siete protocolos, incluido el acuerdo de alto el fuego y otros cuatro documentos.
Esta última se dejó en manos de la RENAMO y el FRELIMO para que administraran conjuntamente las áreas divididas por la guerra.
Aunque la ONUMOZ estuvo representada en la CNE para evitar fricciones y garantizar la limpieza electoral, el funcionamiento de las otras tres comisiones nacionales se dejó a los propios mozambiqueños, principalmente el FRELIMO y la RENAMO.
La ONUMOZ logró establecer su presencia en Mozambique solo en abril de 1993 y su componente militar alcanzó su fuerza total en septiembre de ese año, once meses después del comienzo del alto el fuego.
Otra causa importante de la demora en la implementación del GPA fue la falta de cooperación entre el gobierno del FRELIMO y la RENAMO, debido a su hostilidad hacia los demás y, en consecuencia, su desconfianza mutua.
Como resultado, se hizo un comienzo casi inmediato de diversos pasos para desmilitarizar y celebrar elecciones.
En total, diez miembros del CNE fueron nominados por el FRELIMO, siete por la RENAMO, y tres por los otros partidos políticos.
Los helicópteros desempeñaron un papel crucial para ayudar a transportar al personal de registro a las partes más remotas del país donde también se les debía suministrar alimentos, agua y equipo de campamento, un procedimiento que se repetiría durante las elecciones.
La CIVPOL proporcionó la seguridad necesaria a los equipos de registro en áreas controladas por el gobierno o por Renamo.
Involucró a todo el sector de medios de comunicación del país e instituciones relacionadas, que transmitieron el mismo, esencialmente simple, pero cuidadosamente concebido, mensaje al público en portugués y en las lenguas indígenas.
Sin embargo, precisamente en el caso mozambiqueño se dio una situación distinta a la de Angola.
Como resultado, la RENAMO enfrentó problemas formidables al transformarse en un partido político capaz de competir con el FRELIMO en las próximas elecciones.
Un problema práctico inmediato, por ejemplo, fue encontrar suficientes personas de confianza y adecuadamente calificadas para representar a la RENAMO en las numerosas comisiones provocadas por el proceso de paz, que además tenían que poder pagar su residencia en Maputo.
Las terceras fuerzas no estuvieron representadas en las negociaciones en Roma y la CNE fue la única estructura en el proceso de transición que incluyó representantes de los partidos más pequeñas o desarmadas, porque la preocupación internacional se centró en pacificar a los dos beligerantes armados.
Sin duda, las campañas realizadas por el FRELIMO y la RENAMO eclipsaron a las de los partidos menores.
La razón postulada para el boicot fue la llamada evidencia de que el CNE planeaba manipular las elecciones a favor del gobierno.
Dhlakama declaró: "Estas elecciones vienen con un fraude preparado de antemano, no las aceptaremos y nadie puede obligarnos a aceptalas".
También hubo un gran número de observadores no oficiales y periodistas extranjeros que asistieron a la ocasión.
La población parecía tranquila con el proceso, y entusiasmada con la instauración de un régimen democrático, e incluso durante el fallido boicot, el propio Dhlakama declaró que no reanudaría la guerra civil aún si las elecciones fueran efectivamente fraudulentas, sino que se limitaría a desafiarlas en el plano jurídico.
Debido a las promesas hechas anteriormente al líder de la RENAMO, se hicieron los recuentos, lo que causó un mayor retraso.