Joaquim Chissano

Se le atribuye la transformación del país devastado por la guerra de Mozambique en una exitosa democracia africana.

[2]​ Después de su presidencia, Chissano se convirtió en un estadista, enviado y diplomático tanto para su país natal como para las Naciones Unidas.

Durante los primeros años, Chissano llevó una política continuista, con una fuerte relación con la Unión Soviética, aunque también hubo acercamientos al bloque occidental.

Chissano declaró: "Primero, practiqué la meditación transcendental conmigo mismo, después introduje la práctica en mis familiares, en mi gabinete de ministros, en mis funcionarios de gobierno y en mi ejército.

El resultado ha sido la paz política y el equilibrio de la naturaleza en mi país.