El "Culebra" y el "Cabesa", dos raterillos chandaleros del tres al cuarto cercanos a la treintena, deciden dar su gran golpe: atracar una sucursal bancaria y huir a Brasil siguiendo los pasos del Dioni.
Fuera, un cordón policial, dirigido por la inspectora Jiménez, impide la huida de los atracadores, así que su única opción es hacerse fuertes en el interior de la sucursal convirtiendo lo que prometía ser un simple atraco en un secuestro en toda regla con rehenes y explosivos de por medio.
El tiempo pasa y, pese a los intentos de la policía de llegar a un acuerdo con los secuestradores, crece la tensión tanto dentro como fuera del banco, haciendo que el secuestro se prolongue.
Alfonso Sánchez empieza a trabajar en el guion inspirándose en la situación social que vivió Argentina a partir del llamado corralito, para luego incluir ideas surgidas con motivo de las manifestaciones del 15-M en España.
Cada contribuyente realizó una aportación de 120 € como mínimo, mediante la cual adquiría el derecho a aparecer en los créditos y a participar en los beneficio económicos que produzca la película.