[6] Posiblemente pueda identificarse con el «retrato de un enano de cuerpo entero» que en un memorial de 1747 se recogía entre las obras traspasadas al Palacio del Buen Retiro,[7] pero en 1772 se encontraba en el Palacio Real Nuevo, donde seis años después lo copió Goya en un grabado al aguafuerte con la inscripción: «Sacada y gravada del Quadro original de D. Diego Velazquez en que representa al vivo un/Enano del S. Phelipe IV.El retrato fue pintado por Velázquez directamente, sin dibujo previo y sin cambios significativos en su composición.El fondo marrón grisáceo, trabajado con los pigmentos muy diluidos, enfatiza la luz creando un halo luminoso en torno a la figura.El vestido es verde con mezcla de negro para oscurecer mangas y botonadura.Hay quien ha querido ver en él la denuncia velazqueña del trato que la corte daba a estas personas, presentándolo como una marioneta,[17] en tanto Velázquez mostraría en sus retratos llenos de dignidad una actitud compasiva y solidaria con sus carencias físicas o psíquicas, de las que según otros sería implacable testigo, diseccionando aquellas carencias con su agudo sentido de la realidad y su naturalismo directo.De este tipo de retratos, sin embargo, existe una larga tradición tanto en España como en Flandes o en Italia, en la que pueden encontrarse pintores como Antonio Moro o Alonso Sánchez Coello.