[2]-[3] Más adelante, el historiador eclesiástico sigue diciendo del obispo Elías:
Los capítulos (I y II) del «Sínodo de Castielfabib» que el historiador considera «dignos de referirse á la letra» dicen del aseo, el vestido y otras cuestiones relativas a la disciplina del clero, entendiendo que quizá andaba algo relajado.
Y aumentó en cuatro el número de canonjías, hasta formar dieciséis para las dos catedrales (Albarracín y Segorbe), quedando el clero catedralicio con las siguientes dignidades: Deán, Arcediano Mayor, Arcediano de Alpuente, tesorero, chantre, dieciséis canónigos, los cinco oficios nombrados, y los beneficiados de fundación particular.
[5] Hizo también nuevas constituciones, tendentes a igualar las rentas entre los partícipes de ambas catedrales, nombrando previamente ecónomos recaudadores para Albarracín y Segorbe, y definiendo los límites de cada territorio.
Con posterioridad, el papa le encomendó cierta comisión en Tolosa, lo que pone en evidencia su capacidad y dotes diplomáticos como nuncio.