El término de Domeño está físicamente dividido en dos partes: el término de "Domeño Viejo", más amplio, es donde se encontraba originalmente la localidad, y una pequeña superficie alrededor del núcleo urbano actual, rodeado totalmente por el término municipal de Liria.
La superficie del término es muy montañosa, con alturas que sobrepasan los 1000 m. como la Umbría Negra (1.045 m.).
La población estaba cercada por los dos ríos que confluyen al pie de la montaña por cuyas faltas se desarrollaba el casco urbano.
También ibéricos son los pequeños vasos, principalmente de tipo caliciforme, aparecidos en la cueva del Colmenar, que debió estar dedicada a algún culto religioso desconocido, ya que las vasijas encontradas parecen tener un carácter ritual, como vasos para libaciones.
Sin embargo, investigaciones posteriores consideran que dicha ceca estuvo en territorios del norte peninsular.
La romanización debió ser intensa en el término, encontrándose restos a los pies del Tormagal, donde se halló una inscripción latina en piedra y una moneda de Trajano.
Sobre la época visigoda, tan sólo se conoce que el territorio perteneció a la demarcación del rey Wamba con sede en Domeño (Dominium).
Domeño participó activamente durante la guerra carlista y fue asaltado varias veces por las tropas del pretendiente.
Más tarde fue concedido al pueblo este enclave de Masía del Carril, pasando a ser el nuevo Domeño, añadiendo este terreno a su término municipal.
En un principio, el pueblo no presentó oposición alguna al Proyecto, si bien elaboró un documento donde se propusieron una serie de soluciones centradas principalmente en la indemnización como consecuencia de las pérdidas y el traslado a otro terreno.
En 1962 se recibieron las primeras cédulas de expropiación, pero éstas sólo correspondían a las fincas rústicas afectadas por el embalse y no a la totalidad del casco urbano, lo que provocó la oposición de los vecinos al no ver cumplidas sus peticiones.
Sin embargo, un año más tarde y ya terminadas las obras del embalse, todavía no se había encontrado un emplazamiento definitivo para la población.
De esta forma, Domeño conservaría su personalidad, identidad social y patrimonio comunal.
Asimismo, también se escribe al arzobispado solicitando que los derechos titulares que pertenecen a la parroquia de Domeño Viejo se trasladen a la Masía del Carril.
Debió ser abandonado después de la Reconquista, y fue rehabilitado en 1839 durante la primera guerra carlista por el general isabelino Aspíroz.
En todo el periodo considerado, se observa una tendencia general al crecimiento del número de residentes del término municipal, de forma que el resultado final es un aumento considerable que se traduce en un 45,31%, principalmente ocurrido desde 2003 a 2008.
Domeño contaba en 1975 con 258 habitantes, recuento cuyo número ha ido creciendo paulatinamente, salvo ligeras fluctuaciones poblacionales interanuales, hasta los 744 de 2008.
Si se comparan las cifras con las de la comarca, se observa que Domeño sigue unas tendencias poblacionales muy distintas a las de Los Serranos, pues, frente al estancamiento poblacional comarcal, Domeño ofrece aumentos prácticamente continuos a lo largo del tiempo.
Predominan los cultivos de secano como: cereales, cebollas y tubérculos.