Conservado en estado semiderruido, fue erigido en el último tercio del siglo XVI, momento en que los franciscanos valencianos se instalan en el municipio, consagrando su culto a la figura san Guillermo, de tradicional devoción en la villa.Pocos años después, al comienzo del último tercio del siglo XVI, el convento fue ocupado por los Franciscanos Observantes de Valencia, que lo poseyeron desde 1577 hasta 1835, fecha en que lo desalojaron definitivamente por la Desamortización.[4] El retablo fue destruido durante la guerra civil española (1936-1939), aunque no en su totalidad, ya que algunos restos se conservan todavía en la parroquia de Casas Bajas.Asimismo, restan la cisterna, con su brocal y lavadero, todo en piedra labrada, conjunto ubicado al sureste del convento, donde se hallaba la zona de huertos y corrales del monasterio.La vida conventual se regía por las horas canónicas: laúdes (al amanecer, sobre las 3:00), prima (hora en la que sale el sol, sobre las 6:00), tercia (tercera hora después de salir el sol, sobre las 9:00), sexta (mediodía, a las 12:00), nona (sobre las 15:00), vísperas (tras la puesta de sol, sobre las 18:00) y completas (antes del descanso nocturno, sobre las 21:00), y era muy dura, constando haber sido eximidos del rezo de maitines, a media noche desde noviembre hasta finalizado febrero, por el frío reinante (1660).
Vista del caserío de Castielfabib (Valencia), con detalle de las ruinas de la iglesia del convento de san Guillermo, cisterna y lavadero