El ejército cristero fue el ejército conformado por católicos mexicanos que participó en la guerra cristera de 1926 a 1929 en México, en contra del gobierno de Plutarco Elías Calles.
La Constitución mexicana de 1917 establecía una política que negaba la personalidad jurídica a las iglesias, prohibía la participación del clero en política, privaba a las iglesias del derecho a poseer bienes raíces e impedía el culto público fuera de los templos.
Si bien algunos ricos hacendados se unieron al ejército (como Jesús Quintero, José Guadalupe Gómez, Manuel Moreno, Salvador Aguirre, Luis Ibarra y Pedro Quintanar por ejemplo) en las regiones de Zacatecas, los Altos de Jalisco, Michoacán, Durango y Guanajuato.
[3][4][5][6][7] Por su parte, las mujeres también desempeñaron un papel importante dentro del ejército cristero.
Quiénes operaban se encargaban muchas veces de la Logística, conseguir dinero, comida, parque, información, refugio, cura y protección a los combatientes.
Gracias al manejo de Gorostieta el ejército pudo reagruparse, ya que previamente habían sido derrotados y en su mayoría terminaron huyendo hacía los Estados Unidos.
La manera en que tomaban el puesto de jefe consistía en ser elegidos o reconocidos por los demás soldados para posteriormente ser confirmados por las autoridades superiores.