Algunos manuscritos antiguos que contienen el texto de este capítulo son: Cristo ha reconciliado a judíos y gentiles, creando un solo pueblo unido.Por eso, los cristianos deben esforzarse por preservar la unidad del Cuerpo de Cristo (vv. 1-10).[3] La confesión «triádica» – un Espíritu... un Señor... un Dios – en los Versículos 4-6 recuerda el alcance de la unidad en la iglesia.[16] El Salmo 68:18 dice La unidad de la Iglesia se sostiene gracias a la acción de Cristo, quien actúa como su Cabeza y genera los ministerios necesarios para que todos alcancen la madurez espiritual.Solo así se puede vivir plenamente la vocación cristiana y contribuir al fortalecimiento de la Iglesia.La vida nueva en Cristo tiene como primera consecuencia la práctica de las virtudes, las cuales permiten una convivencia armoniosa entre los cristianos, quienes forman parte del mismo Cuerpo de Cristo (vv. 25-32).Los seguidores de Cristo no necesitan aislarse del mundo para vivir conforme al Evangelio, sino que deben buscar a Dios en su vida diaria, especialmente en el ámbito laboral (v.