El balanceo de las caderas es, sin embargo, más pronunciada que en este último- saliente en los pectorales y bajo el abdomen — es menos marcado.
La mirada parece dirigirse hacia la mano izquierda, sino que de hecho flota en el vacío, más allá, como es común en las obras del segundo clasicismo.
[7] El trabajo del bronce fue particularmente cuidadoso: la unión de las distintas secciones es invisible, salvo en los brazos.
La aproximación de los dedos pulgar e índice en realidad podría significar que los chasquea.
[13] Es tentador ver un vínculo entre el gesto de la mano izquierda y el de la derecha: el efebo podría entretener a un recién nacido que llevaba en el brazo izquierdo, como lo hace el Hermes con el niño Dioniso o el gallo (un regalo pederástico tradicional).
Sin embargo, el brazo podría haber sido reelaborado en un período posterior: los conservadores sugieren que fue transformado en un soporte de lámpara.
[20] Sin embargo, también se encuentran cintas en contextos no deportivos, por ejemplo, en los relieves funerarios de niños demasiado jóvenes para ser atletas.
La elección del material no es incompatible con una atribución praxiteliana: si el maestro ateniense trabajó principalmente el mármol, las fuentes antiguas indican que también destacó en el bronce.
[24] También se ha propuesto verla como obra del hijo de Praxíteles, Cefisodoto el Joven y Timarco, lo que permitiría reflejar la postura claramente praxiteliana y las desviaciones con respecto al estilo del maestro: se ha podido detectar en la obra la influencia de Lisipo.
[25] Otros han destacado que la composición se inscribe más en tres dimensiones como las obras atribuidas a Praxíteles, sobre todo el Sátiro escanciador[25] Algunos comentaristas creen que el bronce, aunque agradable, no está al nivel de una obra maestra, el bronce se situaría simplemente en la influencia de Praxíteles.
[27] El caso no sería aislado: el bronce llamado el Efebo de Toledo fue atribuido a la escuela de Policleto, hasta que un análisis técnico exhaustivo demostrara una datación posterior al siglo II d. C. Por tanto, un análisis técnico del bronce del efebo sería necesario para zanjar la cuestión.