El Castillo de La Mota se encuentra situado en una elevación del terreno —mota—, desde la que domina la villa y toda su extensa comarca.
De él arrancaba un recinto amurallado, ampliado en tres ocasiones, que abrazaba la población, y del cual subsisten algunos restos.
César Borgia, que conseguiría fugarse desde una ventana, el Duque de Calabria o Hernando Pizarro sufrirían aquí su cautiverio.
La Plaza Mayor de la Hispanidad es un inmenso espacio horizontal y abierto, acotado por edificios asoportalados que acogen comercios, bancos, restaurantes y servicios administrativos que marcan el pulso de la villa.
Francisco Cillero y Mateo Martín dirigieron las obras del actual edificio durante las diferentes celebraciones que tenían lugar en la Plaza Mayor.
Actualmente forma una unidad interior con la Casa de los Arcos, el Palacio Real y otros edificios más modernos.
Entre esta reconstrucción y el siglo XX pasó por distintos propietarios y fueron alterados algunos elementos de la fachada, Ya en el siglo XX fue mandada colocar la estatua de la diosa del poderío coronando la fachada, después de que su propietaria, Eugenia Casado, ganara un sonado pleito al Ayuntamiento, que pretendía desalojar y derribar el edificio.
En 1603 estaba prácticamente concluida la iglesia que ahora puede verse siguiendo las trazas de Francisco y Andrés López.
Atestigua este patrocinio las armas de Isabel y Fernando en un extraordinario escudo policromado que podemos ver sobre su puerta principal.
Tanto el templo como la zona de clausura guardan interesantes pinturas y tallas.
En 1885 pierde su condición de parroquia para recuperarla justo cien años después.
En el Museo se pretende reflejar la importancia que las actividades comerciales tuvieron y aún tienen para la economía, la cultura y el arte en la sociedad, tomando como guion expositivo el mundo de las célebres ferias de alcance internacional celebradas en Medina del Campo durante los siglos XV y XVI.
Una leyenda local cuenta que Vicente Ferrer, quien visitó la villa en enero de 1412, fue el que mandó erigir a principios del siglo XV este edificio en honor a San Roque.
En su interior se halla un pequeño retablo rococó que contiene la escultura del santo titular flanqueada por las de San José y San Ramón Nonato; en el ático hay una imagen de Santiago Matamoros.
La obra se atribuye al medinense José Castander Uceta, quién sigue los planteamientos churriguerescos del momento.
Construida al trasladarse a este espacio la casa-asilo de ancianos en 1928, no ofrece interés artístico; todas las imágenes que se veneran en su interior son contemporáneas.
La fundación de este monasterio premostratense, en la segunda mitad del siglo XII, se atribuye tradicionalmente a Andrés Voca, personaje histórico cuya casa estuvo situada enfrente de este monasterio.
Este edificio ha sido rehabilitado y se le ha puesto en valor como guardería municipal.
El edificio, conocido como la Casa Blanca, excepcional tanto por las formas como por contenido, se conserva parcialmente, habiendo perdido cuatro torres de sus ángulos y algunas dependencias.
Debe su nombre a D. Rodrigo de Dueñas cuyo hijo Francisco casó con Dª Mariana Beltrán, nieta del fundador.
Es un excelente ejemplo de palacio urbano cuyo elemento principal es el espléndido patio porticado en el que destacan los medallones labrados por Esteban Jamete representando a reyes y reinas de Castilla.
En 1703 Felipe V concede al brigadier García Manuel Cotes y Hormaza el marquesado de Ordoño.
Situada en la calle Bernal Díaz del Castillo, (el soldado y cronista medinense más importante de todos los tiempos), cuya casa natal se hallaba en la inmediata plaza del Pan.
Enorme casona que en 1770 perteneció a Antonio Galarza y fue ocupada por esta familia hasta 1833.Solo perdura su escudo.
Entre 1903 y 1928 fue asilo de ancianos para cuya capilla se levantó el pequeño campanil que asoma en la fachada.
Más tarde escuela municipal, fue rehabilitado por el Inserso para hogar de jubilados.
En realidad es un espacio alegórico de los valores auspiciados por las Naciones Unidas: paz, solidaridad, libertad, tolerancia, igualdad, naturaleza y educación, que fueron plasmados por el artista en los 490 metros cuadrados de pintura mural.
El cuartel fue construido a costa del municipio y sobre terrenos donados por éste.
Los límites del espacio temático están señalados con una moderna interpretación de los viejos rollos feriales y una singular barandilla.
Las rampas de acceso, las grafías árabes y judías del mobiliario, las luces y formas del muro vegetal que cierra el parque, el sonido de la fuente o los parterres regulares, evocan los oficios feriales.