Esta manifestación del espíritu humano se puede rastrear en todas las culturas y tradiciones religiosas desde la más remota antigüedad.
Aunque ha sido el alma oriental quien ha cultivado con mayor afinidad este despliegue de la creatividad humana.
Posteriormente a la Ilustración se desarrolla un movimiento filosófico que vuelve a conectar el conocimiento empírico de la naturaleza tal y como nos la muestran las ciencias naturales y la aspiración a una vida armoniosa que argumentan aparece inscrita en el espíritu humano tal y como exponen los clásicos del iusnaturalismo.
La RFA se encontraba, por un lado, en el epicentro del enfrentamiento entre bloques y, por el otro, allí había arraigado desde hacía más de diez años una multitud de iniciativas ciudadanas (bürgerinitiativen) conservacionistas y antinucleares.
Según dicho biólogo norteamericano, la humanidad vive entre dos mundos: la ecosfera natural y la tecnoesfera, desarrollada por el hombre a cambio de terribles costos ambientales lo bastante peligrosos como para alterar el equilibrio entre los dos mundos.
Desde esa perspectiva, el final de la guerra fría, pensaba Commoner, podía dar paso a una nueva época en la que sería posible destinar los enormes gastos militares, dedicados hasta entonces a sostener la irracional y suicida confrontación entre los dos bloques, a financiar las transformaciones y los cambios necesarios para adaptar las sociedades humanas al carácter finito de nuestro planeta.
Por otra parte, las previsiones catastróficas contenidas en los dos primeros informes del Club de Roma, Los límites del crecimiento y La humanidad en la encrucijada, se han ido cumpliendo de forma inexorable.
También debería verse como el único proyecto ético-político capaz de hacer posible un futuro no catastrófico para la humanidad.
El maridaje estrecho entre ecologismo y pacifismo es la base misma del movimiento verde, en efecto sus postulados últimos coinciden ambos trabajan para la preservación de la vida y de su diversidad denominada propiamente como biodiversidad.
Los ecopacifistas alemanes siguen propugnando el abandono de la energía nuclear habiendo obtenido un gran éxito político al lograr el compromiso de Merkel y los conservadores alemanes en este sentido.