Con la incapacidad de su madre por un accidente cerebrovascular, Williams tomó las riendas familiares y tuvo que educar a su hermana.
En 1973 tras presenciar la muerte de un soldado británico, decidió arrodillarse y rezar por él delante del resto de vecinos católicos, abandonando el movimiento guerrillero y apostando por la vía pacífica.
Un día luchando por la paz se saltó las normas de policía; conducido por el fugitivo del IRA Danny Lennon, éste fue posteriormente abatido por las autoridades británicas.
Williams que fue testigo de los hechos, inició un movimiento en el que se pidió una solución pacífica del conflicto armado irlandés, se recogieron en dos días 6000 firmas.
Betty Williams en el momento de recibir el Premio Nobel continuaba trabajando como recepcionista en Belfast, trabajo que abandonó al divorciarse en 1982 para trasladarse a los Estados Unidos.