Países Bajos posee una economía altamente desarrollada que tiene como características relaciones industriales estables, un bajo desempleo, un expresivo superávit en la balanza comercial, y que desempeña un rol clave en la economía de Europa como un importante centro comercial.[1] Durante el siglo XVII, los Países Bajos se transformaron en la principal potencia comercial del mundo, debido a su estratégica ubicación sobre el continente europeo, pero sobre todo gracias al inmenso Imperio colonial que esta pequeña nación logró construir tanto en Asia como en América.La actividad industrial se desenvuelve predominantemente en el procesamiento alimenticio, en las industrias químicas, en el afinamiento de petróleo y en maquinaria eléctrica.El país revende productos agrícolas de Brasil a precios más caros al mercado europeo, que es altamente proteccionista y cerrado.[4] La mayoría de sus importadores están en Europa salvo Estados Unidos y China.