Echarri-Aranaz

Según refiere José Yanguas, Echarri-Aranaz tomó su nombre compuesto de Echarri, lugar donde se fundó la población, y de Aranatz o Araynaz, el valle o comarca compuesto por pueblos como Artola, Maiza,.... cuyos habitantes se trasladaron a Echarri al fundarse esta localidad.

En la provincia vascofrancesa de Sola hay también un Etcharry, que es el mismo topónimo escrito con ortografía francesa.

Sin embargo filólogos posteriores como Koldo Mitxelena o el vascofrancés Jean-Baptiste Orpustan han explicado el nombre de la población como una evolución de la palabra vasca etxeberri (casa nueva), que habría seguido la siguiente evolución etxeberri->etxaberri->etxaerri->etxarri en los dialectos orientales del euskera.

Existe otro pueblo en Navarra que tiene el mismo nombre (ver Aranaz) Tradicionalmente el topónimo se ha escrito como Echarri-Aranaz, pero en las últimas décadas se comenzó a transcribir como Etxarri-Aranatz,[3]​ siguiendo la ortografía normalizada y la pronunciación del nombre en euskera.

Riega su término de oeste a este el río Araquil y su afluente el arroyo San Adrián (mapa catastral, hoja 114, 1:50.000).

Todavía se aprecia, a pesar de las reconstrucciones, la posición ventajosa en la que se edificó esta villa, en un lugar alto, en el centro del valle y entre farallones montañosos, en el lugar por el que transcurría una calzada desde antiguo.

El núcleo se organiza en torno a una calle ancha que más parece una plaza de formato rectangular muy alargado.

Como se ha dicho, Echarri-Aranaz ha sufrido varias reedificaciones, fruto de otras tantas destrucciones, y en consecuencia su caserío ha sido totalmente renovado.

Las casas se adosan buscando economía de medios y protección, formando manzanas compactas.

Sobre el alero hay una espadaña, flanqueada por pirámides, con frontón triangular partido que alberga un reloj y una campana.

La n.º 10 lleva además una moldura que encuadra la puerta, de medio punto, y el balcón superior.

En la calle Elbegia anotamos el inmueble marcado con el número 6, con arco de medio punto moldurado y dos alturas más ático.

Cruzando la calle Mayor, la calle Dorremonea lleva a un edificio noble edificado en sillar, con la fachada recorrida por 2 impostas lisas y con puerta principal de medio punto bajo balcón con enmarques cajeados y alero moldurado.

Su mazonería consta de banco, cuerpo articulado mediante columnas salomónicas y ático.

El retablo de San Pedro se encuentra simétricamente dispuesto respecto al anterior, y lleva igual mazonería.

Va presidido por una talla del Sagrado Corazón, que sustituyó al San Pedro barroco titular.