Algunos de los escritores que abogado y tratado sobre esta disciplina son Gordon Cullen, Jane Jacobs, Christopher Alexander, William H. Whyte, Kevin Lynch, Aldo Rossi, Robert Venturi, Colin Rowe, Peter Calthorpe y Jan Gehl.[1][2][3] El diseño urbano es un campo interdisciplinar que utiliza los procedimientos y los elementos de la arquitectura y otras profesiones relacionadas, incluyendo diseño del paisaje, planificación urbana, ingeniería civil e ingeniería municipal.El diseño urbano exige la comprensión de un amplio abanico de materias, desde la geografía física a las ciencias sociales, y el aprecio por disciplinas como el desarrollo inmobiliario, la economía urbana, la economía política y la teoría social.Mediante intervenciones de diseño, los diseñadores urbanos trabajan para revolucionar la forma en que conceptualizamos nuestros sistemas sociales, políticos y espaciales como estrategias para producir y reproducir un futuro más equitativo e innovador.Aunque el uso profesional contemporáneo del término "diseño urbano" data de mediados del siglo XX, el diseño urbano como tal se ha practicado a lo largo de la historia.[8] En Inglaterra, muchas de las ciudades enumeradas en el Burghal Hidage del siglo IX fueron diseñadas en cuadrícula, con ejemplos como Southampton, Wareham, Dorset y Wallingford, Oxfordshire, que se crearon rápidamente para proporcionar una red defensiva contra los invasores daneses.[9] La Europa occidental del siglo XII trajo consigo una renovada atención a la urbanización como medio de estimular el crecimiento económico y generar ingresos.[12] Sin embargo, el vínculo entre el espacio urbano diseñado y la mente humana parece ser bidireccional.[13] Ya René Descartes en su Discurso del Método había dado fe del impacto que las nuevas ciudades planificadas del Renacimiento tuvieron en su propio pensamiento, y existen muchas pruebas de que el paisaje urbano renacentista fue también el estímulo perceptivo que había conducido al desarrollo de la geometría de coordenadas.Entendemos el Confort como el conjunto de condiciones óptimas que deben coincidir simultáneamente en un espacio público para lograr su máximo aprovechamiento o disfrute para una actividad y un momento concreto.Para lograr un entorno libre de amenazas debe existir cohesión social y proyectar la ciudad de modo que se potencie la visibilidad del espacio y su transparencia, utilizando elementos arquitectónicos que fomenten la vigilancia natural entre conciudadanos.