Tuvo que firmar la paz con los cartagineses, tras la decisiva derrota de su padre ante Lilibea en 368 a. C. y su posterior muerte.
Sin Dion, el gobierno de Dionisio fue crecientemente impopular, debido a su incompetencia en gobernar hombres y dirigir soldados.
Aprovechando que Dionisio se encontraba en Caulonia, consiguieron bloquear la ciudadela de Ortigia y tomaron fácilmente a continuación la ciudad (356 a. C.).
Dejando una guarnición en la ciudadela al mando de su hijo Apolócrates, se vio obligando a exiliarse en Locros.
[2] Desde el año posterior hasta su muerte, Dionisio vivió privadamente en Corinto, en un estado cada vez más miserable.