En 1688 el jesuita francés Zhang Cheng llegó por primera vez a Xuanhua para predicar.
[4] Con la constitución de una Iglesia patriótica se persiguió a los obispos que estuvieran en comunión con la Santa Sede.
Desde entonces la Iglesia católica, considera la sede como vacante, aunque ha nombrado obispos de manera clandestina.
[5] En el período de 1966 a 1976 la Revolución Cultural se ensañó especialmente contra la religión, destruyéndose numerosas iglesias.
[6] Después de 1980, se conocen tres obispos "clandestinos": Simon Zhang Jiumu (fallecido en diciembre de 1999), Philippe Zhao Zheng-Dong (sucedió a Zhang Jiumu, fallecido en 2007) y Thomas Zao Kexun (desde 2007).
[9] Debido a la situación particular de la Iglesia católica en China, la Santa Sede no nombra obispos para las diócesis chinas, que son sedes oficialmente vacantes incluso en presencia de obispos reconocidos por Roma.