Detención de José María Vargas
La Revolución de aquel año, un movimiento donde participaron Santiago Mariño, Diego Ibarra, Pedro Briceño Méndez y José Tadeo Monagas, quería reformar la Constitución de 1830[1] y lograr la renuncia del presidente, el primer civil electo en la historia, para restituir el poderío de los militares en la república.Estos habían luchado en la independencia y creían que por este hecho tenían derecho a gobernar y participar también en las decisiones nacionales, lo que fue interrumpido con la llegada de Vargas.[2] La revolución le negó inicialmente la renuncia a Vargas,[3] derrocándolo posteriormente,[2] dándole arresto domiciliario e impidiéndole recibir visitas, y luego enviándolo al exilio en Saint Thomas.Vargas había facultado al expresidente José Antonio Páez como comandante del ejército y este sofocó el levantamiento, restituyendo a Vargas.Después de esto se emitió un decreto de penas para los rebeldes, que la sociedad consideró injusto, pidiendo su anulación.