No es muy recomendable tomar bebidas muy azucaradas, como las de cola, o por lo menos es aconsejable alternarlas con agua.
En las infecciosas pueden actuar virus, bacterias, parásitos, hongos y organismos saprófitos, los cuales desencadenan situaciones de alto riesgo.
Algunos ejemplos: bacterias como E. coli, Yersinia, Shigella, parásitos como la Giardia lamblia o la Entamoeba histolytica (amibas), hongos como Candida albicans (pueden ser mixtas: combinación de hongos y parásitos) y por saprofitos que provocan que se rompa el equilibrio a nivel intestinal.
Esto hace perder mucha agua, ya que además suele ir acompañada de vómitos.
Los atletas que las utilizan se sienten más débiles, lo que repercute desfavorablemente sobre su rendimiento, y además pueden provocar problemas mucho más graves, como anomalías en los niveles de sodio y potasio del organismo.
No son confiables los tratamientos médicos que hacen énfasis en dietas secas como una forma rápida de perder peso.
Si no se da tratamiento, pueden aparecer delirios, inconsciencia y, en casos extremos, la muerte.
La forma más fácil de evitar la deshidratación es beber mucho líquido, sobre todo en los días calurosos, secos y/o ventosos.
Si hay mareos, sensación de que se va la cabeza o mucha sed, será necesario descansar durante varios minutos, sentarse a la sombra o en un lugar fresco y beber agua.
También, beber a intervalos regulares (cada 20 minutos, aproximadamente) durante la actividad y al finalizarla.
Si hay una infección estomacal o intestinal intensa, probablemente se perderá el apetito y las ganas de consumir líquidos.