Al final de la Primera Edad, los valar (cuyo poder gobierna el mundo) se unen con los hombres y los elfos para derrotar a Morgoth, que es capturado y arrojado al vacío.
Sin embargo no todos en la Tierra Media permanecen bajo el dominio de Sauron.
Los enanos prueban ser inmunes a su influencia, pero se despierta en ellos la avaricia por el oro, pero los hombres demuestran ser más débiles.
Los nueve hombres que habían recibido los anillos se convirtieron en grandes señores, reyes y guerreros de su tiempo, pero finalmente cayeron bajo el dominio de Sauron, convirtiéndose en los temidos Nazgûl, los espectros del anillo.
Bajo la influencia de Sauron, los Númenóreanos finalmente deciden a desafiar los valar al invadir Aman.
Los años pasan, Sauron, que había renovado sus fuerzas, decide atacar a los nuevos reinos mientras aún estaban débiles.
Su ataque no funciona, además, Elendil, sus hijos, los elfos comandados por su rey Gil Galad, los enanos de Khazad Dum y los hombres de Númenor se unen frente al enemigo común.
Durante siete años la gran coalición (La última Alianza de Elfos y Hombres, como se la conoció) sitian Mordor, forzando a Sauron (Gorthaur) a salir, allí murieron Anárion, el rey elfo Gil Galad y finalmente en un feroz enfrentamiento el rey Elendil, quien al morir cae y su espada se quiebra bajo su cuerpo, mientras derriba a Sauron, así es Isildur quien con la empuñadura de narsil (espada del rey) corta el dedo de Sauron con el anillo único, quedándoselo y reduciendo al maia a un espíritu menor que huye escondiéndose durante muchos años, buscando y ansiando su anillo.
Isildur mismo muere poco después en una emboscada repentina por una banda de orcos.
Herederos de sangre real son elegidos para dirigir Arnor y Gondor.
(Tenga en cuenta que en este libro específicamente se le acredita a Frodo la destrucción del Anillo.
No se menciona que, al final, Frodo cayó en la tentación del Anillo, y que decide no renunciar a él voluntariamente, como se relata en El retorno del Rey).